Clase de carpintería




El trabajo de las manos es silencioso y tiene ritmo propio. A través del oficio uno se conecta con el momento presente y de allí salen buenas cosas producto de esa dedicación. Trabajar con las manos no es para gente apurada. Hay que aprender primero la técnica para luego sobrepasarla y después viene todo el asunto de la improvisación.

- Un carpintero tiene que saber pararse para serruchar, si te parás mal te cansás – me dijo Carlos la primera vez que lo vi.

Caí en su taller porque necesitaba unas agujas de madera para hacer crochet. Se las encargué con prisa porque a las semanas siguientes comenzábamos las clases y quería probarlas un poco antes.





- ¿Sabés por qué tengo tantas radios añejas desparramadas por todas partes?
- No -le contesto

- Aunque te parezca mentira cada una de ellas está sintonizada en un dial diferente, aquella de allá sintoniza radio Sarandí, aquella otra El espectador e incluso tengo alguna radio argentina. Esa de ahi es una National Panasonic, las compro por dos pesos.

Sonreí porque me pareció tan simple. Así como lo conocí, asi era y eso estaba muy bien. Como los niños que no la complican demasiado y son transparentes por naturaleza.

Me contó que había crecido entre cañas de azúcar y que su madre le preparaba una vianda en una lata de café todas las mañanas antes de ir a trabajar. También un día me contó que jugando de chico con una de las máquinas de su padre –mecánico de profesión, se trituró un dedo y pasó buen rato escondido para que su madre no lo retara quien horas más tarde casi muere del susto cuando lo encontró.

- Todos tenemos marcas, me dice mientras una verdad universal se dibuja en su cara. Qué bueno es tenerlas, pienso.

Todo sucede en un instante y depende de nosotros hacerlo eterno. Hay que estar ahí en el momento indicado con los oídos hambrientos de historias. Y ahí estaba yo parada frente al carpintero que toda la vida había estado a dos cuadras de mi casa, sorprendiéndome como si hubiera tenido que viajar miles de kilómetros para conocerlo.  
 





Comentarios

  1. muy dulce... la sencillez de los detalles y la inocencia de las sorpresas que no son "tan lejanas" dan una sensación unica... GRACIAS POR COMPARTIRLO. Besos. Lucia.-

    ResponderEliminar
  2. hermoso mundo, manos de artesano,
    corazón de simpleza...

    ResponderEliminar
  3. Es cierto, un mundo increíble y a tan pocos pasos de casa! Gracias Coni por tu comentario, qué lindo es sentirse leída!

    ResponderEliminar
  4. Hola. Esto que compartís es muy dulce. Llegué acá buscando a alguien que me tome como aprendiz de carpintería... ¿Será que quizás el carpintero de tu barrio resulte ser? ¿Podrías decirme adónde ir para conocerlo y presentarme? Parece ser exactamente lo que busco y tanto me está costando encontrar: alguien de oficio, en triste extinción.
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! gracias por tu comentario, escribime a avestudiopdugmail.com

      Eliminar
  5. la verdad viviendo en la absoluta sencillez
    y a dos cuadras ! que alegría !

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares